sábado, 21 de mayo de 2011

CÓMO ADAPTAR CUENTOS FOLCLÓRICOS

Para poder adaptar correctamente cuentos folclóricos, hay que respetar una serie de criterios:

 

1) El hilo conductor. Los motivos de los cuentos son los ingredientes que conforman el cuento, ya sea con respecto al personaje, la estructura o el argumento. Y eso no se debe modificar. Es ahí donde se debe analizar los motivos del cuento. Ejemplo: ¿Por qué el protagonista tiene que “huir” de su casa? Puede ser porque persiguen al protagonista, o porque éste debe “buscarse las castañas” él solito. En tal caso, se debe respetar el motivo, aunque la causa puede ser cualquiera: porque quieren matar al protagonista, porque pretende luchar por lo justo, ayudar a su familia…


Otro de los motivos que tiene los cuentos es la búsqueda del amor, entendiéndolo no sólo como algo de pareja, romántico. Si no también cariño, afecto.

 

Los personajes que tienen menos oportunidades de conseguir triunfo son los que simbolizan al pueblo: huérfano maltratado, hermano menor…

 

Otro motivo recurrente en los cuentos es el sol y la noche entendido como realidad o irrealidad. Se suele interpretar la noche como algo misterioso, íntimo, recóndito. Y el día, como la realidad misma.

 

Los tesoros ocultos, ya sean físicos o psicológicos, contribuyen que el personaje vuelva a su estatus perdido. Ejemplos: La Bestia que se convierte en humano o el sapo que se convierte en príncipe.

 

También está la aparición del reino de los muertos o el reino de las hadas.

 

Un motivo que no debe cambiar es la muerte y la resurrección, que, aunque suene algo "tétrico" mencionarla, simboliza algo distinto: cambios. El cambio supone un giro distinto a las perspectivas del protagonista, una renovación. Aunque también existen muertes reales, que suponen una pérdida, y no vuelven a aparecer.


2) Los personajes. Haciendo hincapié en no cambiar el rol que ejercen en el relato. Existen distintos roles en los personajes, tales como:

 

BUENOS: Héroe/heroína, hadas madrinas (cuidan y ayudan al protagonista a que sea feliz), animales y objetos mágicos (también ayudan al protagonista).

 

MALOS: Enemigos del protagonista, gigantes y ogros (representan lo peligroso, y el hecho de enfrentarse a ellos, representa superación, crecimiento).


 
A VECES BUENOS Y A VECES MALOS: Pueden ser brujas o magos, que dependiendo si ayudan o no al protagonista, serán buenos o malos y duendes, que pueden ser muy simpáticos y echar una mano al protagonista, o pueden ser algo molestos y no llevarse muy bien con el prota.


3) Lo que no se debe cambiar es el viaje iniciático del protagonista, que es el recorrido que hace desde la niñez a ser adulto. La historia le va llevando a múltiples obstáculos que ha de superar y eso se traduce como la superación de alcanzar la madurez de un ser humano adulto. Podemos cambiar el tipo de obstáculo pero lo que no debemos quitar es la aparición de esas barreras ya que aportan valores y enseñanzas útiles para la vida. Además, suelen aparecer elementos simbólicos que también hay que respetar.
 
 
A simple vista, parece difícil tener que preservar tantos elementos para poder adaptar correctamente un cuento folclórico. Pero mirando más allá, te das cuenta de que es lógico y sencillo respetarlos, ya que, de no hacerlo, se mataría el sentido del cuento. En mi futuro como maestra, conservaré estas prácticas como oro en paño.

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.