martes, 24 de mayo de 2011

ADAPTACIÓN DEL CUENTO Todo tipo de pieles

Había una vez, en un pueblo recóndito de las montañas, un humilde zapatero que vivía con su preciosa mujer y con su, más que hermosa, hija. Se decía que ésta hija era tan bella, que no se podría ni comparar con la más bonita de las flores que hubiese en el universo.

Después de muchos años viviendo en las frías y lejanas montañas, su mujer cogió una grave enfermedad, de la cual, no existía medicina, remedio ni cura para salvarse.


El padre de familia, que estaba muy enamorado de su hermosa mujer, se sentía apenado por no poder cuidarla, ya que tenía muchos encargos de zapatos que realizar, y muchos envíos que llevar a la ciudad. Quien se encargaba de cuidar a la enferma mujer era su hija, que, aparte de preocuparse por el bienestar de su madre, se ocupaba de las labores de limpieza y cocina.

Un día, la mujer, al ver que sus días iban, cada vez más, llegando a su fin, decidió regalar a su única hija, un hermoso camafeo, unas brillantes horquillas y un gran manto de todo tipo de pieles habidas y por haber y aunque estuviese algo desgastado y viejo, resguardaba muy bien el frío.

La hija, al ver tan humildes, y a la vez, tan lindos regalos, prometió a su madre que siempre los llevaría consigo y que por nada del mundo los perdería.


Llegado el día, la entregada esposa y madre, murió. Padre e hija se sumieron en una profunda tristeza ante tal pérdida.

Pasado un tiempo, la hija tuvo que asumir el control de la casa y del trabajo, ya que el padre, al estar tan hundido con el fallecimiento de su esposa, no se sentía con ánimos ni fuerzas para realizar las labores cotidianas.


Una mañana, el padre, al ver que su pobre hija se desvivía por mantener a flote la familia, decidió que no quería seguir así y pensó que era un buen momento para que su trabajadora y hermosísima hija, se casara, y formase una familia propia. Pero al ver, tan deslumbrante guapura, con esa sedosa y bella cabellera, determinó que con quién se tendría que casar era con él


La hija, al oír la atroz idea de su padre, se negó en rotundo, explicándole que le quería mucho, pero no como para casarse con él. Pero su padre, estaba tan decidido que no aceptó un “no” por respuesta.
 
De madrugada, la hija huyó desconsolada de su casa, llevándose consigo los regalos que en su día le dio su madre. Y para resguardarse del frío, se puso su manto de todas las pieles, que le cubría totalmente su delicado cuerpo. Además, para no ser descubierta, se manchó la cara de barro, para así no ser reconocida.


Estuvo largos días deambulando en el bosque. Hasta que un buen día, un apuesto y adinerado joven que cazaba por allí, la confundió con un animal, y quiso matarla. La muchacha, presa del pánico, le dijo que era una humilde moza que no tenía donde cobijarse y que por favor se apiadara de ella y no la matase.

 
Al joven, le dió mucha pena la situación por la que estaba pasando la chiquilla, y decidió llevársela a su casa. La joven, al tener miedo de que se enterará su padre de dónde estaba, le dijo que se llamaba “Todo tipo de pieles”.
Durante el tiempo que estuvo viviendo en casa del joven, Todo tipo de pieles se mantuvo aislada en la cocina, elaborando suculentos manjares, en muestra de agradecimiento por su hospitalidad. Y así es cómo empezó a trabajar para el jóven como su cocinera personal.
 
 
Nunca se quitaba el manto de pieles y cada vez más, el sentimiento de agradecimiento y gratitud que sentía por el chico, iba aumentando, de tal modo, que acabó enamorándose profundamente de él.
Pasada una temporada, el joven consideró que ya era momento de contraer nupcias, y celebró una gran fiesta, para encontrar a su futura esposa. Invitó a todas las bien avenidas señoritas del lugar. A Todo tipo de pieles, le parecía que la celebración era tan esplendorosa que quiso curiosear dentro de la fiesta. Para ello, se limpió la cara, se puso un elegante vestido que encontró, sus brillantes horquillas y su hermoso camafeo.


Cuando el jóven vió a la hermosa dama que entró en la sala, con su hermoso peinado con brillantes horquillas y su precioso camafeo en su vestido, quiso rápidamente bailar con ella. De hecho, estuvieron bailando durante toda la noche.
 
Todo tipo de pieles se sentía como una princesa, estaba muy contenta de bailar con su enamorado, aunque éste no supiese que en realidad estaba bailando con una sencilla cocinera.
El joven, al no querer separase de ella, quiso que tuviera un recuerdo suyo, y sin que ésta se diera cuenta, le deslizó cuidadosamente en el dedo, un bonito anillo de legado familiar.

A la mañana siguiente, Todo tipo de pieles le preparó el desayuno al joven que le hacía suspirar, con tal despiste que sin querer y sin darse cuenta, se le cayó el anillo que le dejó en el dedo.
Cuando estaba el joven desayunando, casi se atraganta con el anillo. Éste, se enfureció mucho por semejante torpeza de Todo tipo de pieles y la mandó a que se presentase inmediatamente en sus aposentos.
Al fijarse con más detenimiento en el objeto que le había ocasionado malestar, se dió cuenta que era el anillo que le había regalado en secreto, a la dama que conoció la noche anterior. Analizando y examinando los hechos, cayó en la cuenta de que aquella dama era Todo tipo de pieles.
 
Cuando la muchacha se personó delante del galante joven, le quitó rápidamente el manto de pieles para confirmar sus sospechas. Y descubrió que sus conjeturas eran correctas: La hermosa dama que conoció no era ni más ni menos que Todo tipo de pieles.
Al verla sin ese manto, se fijó que era una preciosidad, con esa esbelta figura y esa delicada cabellera, y sin importarle de dónde viniera y qué posición tuviese, la pidió que se casara con él.
Ella aceptó encantada, ya que estaba, en lo más hondo de su corazón, enamorada de él. Así que se casaron y vivieron felices para siempre.

Y colorín colorado, éste cuento se ha acabado. Y colorín colorete, por la chimenea sale un... ¡COHETE!

2 comentarios:

  1. No sé si es una adaptación correcta porque al final, ninguna de mis compañeras ha podido pasarme la grabación que se hizo del cuento (demasiado lío con exámenes y trabajos). Así que, échandole un vistazo a las compañeras, y también a lo que han realizado (incluyendo transcripciones) de las alumnas de 3º, he hecho mi "amago" de adaptación. Espero que te guste.

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