martes, 24 de mayo de 2011

ACTIVIDAD FORMAS DE TRANSMISIÓN LITERARIA: Cuentacuentos

Hemos realizado grupos de tres personas, y en mi grupo me ha tocado hacer el cuentacuentos como manera de transmisión literaria.


Considero que no soy buena a la hora de realizar cuentacuentos, yo soy más de narración con libro o lectura, pero siempre hay una primera vez. He estado en numerosos cuentacuentos para niños en mis trabajos como educadora, y he de decir que es fascinante lo mucho que se “enganchan” los niños a la historia. Y para que eso ocurra, tienes que ser muy buen narrador.
 
 
El cuento que he elegido para el cuentacuentos ha sido “La Ratita Presumida”, y le tengo especial cariño, por un motivo muy personal: Mi padre (el que ha sido el que más ha fomentado el gusto por la literatura, desde niña, con la utilización de éstas mismas estrategias) me contaba este cuento de niña, de este modo, y yo se lo he transmitido a mis compañeras tal y como lo aprendí de él.

En él, he utilizado el recurso de la “caja mágica” como apoyo para la narración y como forma de despertar interés en mis compañeras oyentes.

 
En la caja he metido poca cosa (debido a no tener muchos elementos) pero he cogido objetos que tenía en casa, y que pueden introducir la narración ya que aparecen en ella: una moneda, un lazo blanco y una flor.


Mi cuentacuentos lo he efectuado de ésta manera:


 
- ¿Habéis visto qué caja tan bonita tengo? ¿Queréis saber qué hay dentro de ella?... Esperar, voy a echarle un vistazo… ¡Ohhhhh! ¡Es muy divertido lo que hay dentro! Si os parece bien, os voy a contar una historia y a la vez, voy abriendo la caja para ir sacando lo que tiene dentro ¿Os parece buena idea?


 
- ¡¡¡SIIIIIIIIIIIII!!!

Érase una vez una Ratita que estaba barriendo la puerta de su casa y cantaba:



"Tralará larita barro mi casita, tralará larita limpio mi casita"



De repente, vió algo muy brillante en el suelo. Se agachó para cogerlo y descubrió que era una moneda. (En este momento, abro la caja y saco la moneda). La Ratita se preguntó:

- ¿Qué me puedo comprar con esta moneda? ¡Ya lo tengo! Me compraré muchas chucherías. (Pongo cara divertida y pregunto a los oyentes si les gustan las chucherías). ¡Ay! No, no que me picará los dientes.- Y siguió pensando:

- ¿Qué me compraré? ¡Ya lo tengo! Me compraré muchos pasteles (Y pregunto del mismo modo que la anterior, si les gustan los pasteles). ¡Ay! No, no que me dolerá la tripa.- Y siguió pensando:


- ¡Ya se qué comprarme! Me compraré un lindo lacito para ponérmelo en mi rabito.

Y de este modo, la Ratita se fue al pueblo, le pidió al tendero el lazo más bonito que tuviera en la tienda y le dio éste (Abro la caja por segunda vez, y con cara de sorpresa, saco el lazo blanco. Se lo ofrezco a una de mis oyentes y anudo el lazo donde ellas quieran)

Cuando volvió a su casa, apareció un gallo, que al ver a la Ratita, tan guapa, se enamoró perdidamente de ella, y le preguntó:

- Ratita, Ratita ¿Te quieres casar conmigo?-

- ¿Y por las noches que harás? Preguntó la ratita. (En este momento, pregunto a mis oyentes que ruido hace el gallo, y a modo de juego les digo sonidos distintos al del gallo, como el de la vaca o la rana)

- ¡Quiquiriquí, Quiquiriquí!-

- ¡Ay, no, no! ¡Que me asustarás!-

Todavía se veía al gallo por el camino, cuando llegó un perro que, al ver tan bonita a la Ratita, le preguntó:

- Ratita, Ratita ¿Te quieres casar conmigo?-

- ¿Y por las noches que harás? Preguntó la ratita. (En este momento, pregunto a mis oyentes que ruido hace el perro)

- ¡Guau, guau, guau!- Dijo el perro.

- ¡Ay, no, no! ¡Que me asustarás!-

A los dos minutos pasó por allí un gato que, al ver tan bonita a la Ratita, le preguntó:

- Ratita, Ratita ¿Te quieres casar conmigo?-

¿Y por las noches que harás? Preguntó la ratita. (En este momento, pregunto a mis oyentes que ruido hace el gato)

- ¡Miau, miau!

- ¡Ay, no, no! ¡Que me asustarás!-

Una hora más tarde pasó por allí un ratón que, al ver a la Ratita tan preciosa le preguntó:

- Ratita, Ratita ¿Te quieres casar conmigo?-

- ¿Y por las noches que harás? Preguntó la ratita.

- Dormir y callar Ratita.

- ¡¡¡Pues contigo me he de casar!!! (Abro por tercera vez la caja mágica, y saco la flor envuelta en celofán, muy bien decorada. Se la ofrezco a una de mis oyentes)

Y así es como la Ratita y el ratón se casaron, vivieron felices y comieron perdices…

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.




Una vez que terminé la narración les pregunté a mis compañeras (Amaia y Silvia) qué fallos había tenido, pero debe de ser que lo hice bien, porque se quedaron con cara “ñoña” jejeje.

Del mismo modo que mis compañeras me escucharon a mí, yo hice de oyente de ellas, tanto de Amaia con su narración de libro, como de Silvia y su lectura.

Destaco los cuentos tan chulos que trajeron ambas. Las opiniones que aporté una vez escuchadas ambas narraciones fueron:

  • En Amaia, que su cuento terminaba de una manera muy triste (y  no me gustó ese final, me dió mucha pena) y que tuviese cuidado con la repetición de la muletilla “y entonces”. Pero su narración fue correcta, con una buena utilización de la voz y del énfasis expresivo.
  • Y con respecto a Silvia, su tono y ritmo ha sido adecuado, pero hubiese echado en falta, que interactuase con el público desde el principio de la lectura del libro, y no a la mitad.

Sólo nos dió tiempo a realizar una segunda ronda con las compañeras, y me tocó con Sandra G. y María Ru.

Podría decir que con el hecho de haberme soltado la primera vez, me salió mejor ésta segunda vez, pero considero que lo hice algo peor.

El cuento de Sandra G me resultó algo chocante, pero al descubrir que la lectura (lo que le tocó) era de Perrault, entendí todo (muy moralizante, con moraleja incluida, y numerosas palabras descontextualizadas a la realidad que vivimos).

En cuento de María Ru era precioso (al parecer es de la misma colección del álbum ilustrado “Besos, besos”) y considero que su narración con libro ha sido correcta tanto en entonación, en expresión y en la manera de contar la historia siguiendo las imágenes.

Me hubiese gustado realizar más rondas con demás compañeras porque ésta actividad me ha fascinado. Además, pienso que es importante, como futuras maestras, que debemos de coger práctica con estas estrategias de transmisión literaria, muy útiles en la práctica docente.

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